De mano en mano: un regalo con impacto…

Por: Carlos Díaz

Las fiestas decembrinas se acercan. Sin duda, un tiempo que nos inspira a compartir sueños, esperanzas y amor con nuestra familia, amigos, así como a las personas de nuestro afecto. Una de las expresiones, más comunes, de este espíritu navideño es regalar un obsequio que exprese la felicidad por contar con estas personas en nuestras vidas.

¿Qué consideramos a la hora de elegir un regalo? Los criterios pueden ser varios, desde el precio hasta originalidad del mismo, sin dejar de lado la calidad, así como el diseño o la innovación. En esta ocasión queremos compartir un criterio significativo: el impacto.

¿Alguna vez se han preguntado hasta dónde llega el impacto de nuestra inversión en cada compra que hacemos? ¿A quiénes benefician? ¿Qué cambios implican? ¿Mejora la vida o economía de alguna comunidad? En una época en donde pareciera obvia la lógica comercial y mercantilista, es importante detenernos a pensar en ello. Esta línea es más transparente en el comercio de los productos artesanales elaborados por mujeres y hombres que, con gran maestría, diseña y producen telares, huipiles, zapatos, productos herbolarios e incluso alimentos orgánicos. Al consumir sus productos, el dinero invertido permite:

Impulsar la economía familiar y local de las y los artesanos. Es decir, el dinero circula en una comunidad logrando la adquisición de bienes y servicios que mejora las condiciones de vida no sólo de los (as) artesanos, sino de una comunidad entera.
Promover y preservar la tradición artesanal, así como la cultura misma, de las comunidades de artesanos (as). Al consumir sus diseños y productos fortalecemos esta actividad económica, promoviendo que generaciones más jóvenes aprendan el arte textil, herbolario o de producción que es herencia de los primeros habitantes de las etnias a las que pertenecen. Al no hacerlo aumentamos la probabilidad de que estos conocimientos y prácticas desaparezcan con el devenir de los años.
Garantizar productos originales y de alta calidad. Al convertirse en una actividad económica sostenible para las y los artesanos, estos (as) pueden enfocarse en el diseño, confección, elaboración e innovación de su oferta textil, herbolaria o de alimentos orgánicos, ofreciendo así calidad, originalidad e incluso la personalización de sus prendas. Lo que permite a las y los consumidores obtener productos únicos.

Por lo anterior, con cada peso que invertimos en un producto artesanal—bien para nuestro consumo o regalo—estamos siendo parte de una cadena de valor que genera impactos reales en la vida de las personas (artesanos/ as) y comunidades, así como en nuestra cultura misma. Siempre aconsejamos acercarnos a las artesanas y productores de manera directa, o bien, a las OSC que tienen un trabajo directo, justo y participativo con colectivos de artesanos (as) y productores. En la actualidad, hay un alto lucro, plagio y abuso de marcas que ofrecen productos artesanales que realmente no generan un beneficio para las comunidades de artesanos (as).